miércoles, 14 de febrero de 2007

A un niño entrañable

Siempre fue un gran compañero, para todas y todos tenía una sonrisa. Un niño superagradable con el que se podía hablar de cualquier cosa. Se me hizo fácil siempre limpiar su despacho por su conversación y más fácil recoger su papelera porque me hacía sonreir.
Rosi Gil

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